Valdés

Valdés es una marisqueria ubicada en una esquina a una cuadra de la plaza alta córdoba.
El lugar es una casona antigua, tiene tres salones y un patio con unas mesitas para fumadores.
Nos trajieron de entradita una mayonesa casera con dos fetas de jamón crudo de calidad y pan para acompañar.Fuimos por la tabla de mar para compartir ($ 250) hasta 3 personas porque es super abundante. Trae un plato abundante de rabas y 5 platos mas chicos, uno de mejillones al ajillo, otro que eran dos milanesas de merluza bien gruesitas y deliciosas, otro que eran cuatro langostinos rebosados muy buenos, otro de vieyras gratinas con queso parmesano eran cuatro fabulosas, otro con camarones salteados en oliva y ajo y por último un plato de cornalitos que no me gusto tanto.
Tienen para tomar vino, cerveza, gaseosas y aguas y aceptan tarjeta visa.
Me encanto y volveré por las pastas que también se comenta que son fabulosas

Valdés es una casa antigua de Alta Córdoba, similar a la arquitectura de las del centro viejo. Con puertas altas, espacios que supongo deben haber sido habitaciones alguna vez y el patio.
Lo agradable es que al ingresar al lugar no te voltea el olor a comida y especialmente a mariscos como en otros lugares.
La atención es muy buena. De entrada mientras te traen tu pedido, te sirven un jamón crudo espectacular con una mayonesa casera (sin ajo) y pan.
La porción de rabas es abundante y están muy bien hechas, super tiernas.
La tabla de mariscos y la parrillada de pescados traen una gran variedad. La cantidad justa. No te quedás con hambre, incluso quizás sobra.
De postre tienen convencionales y elaborados. Desde un almendrado o ensalada de frutas hasta un brownie caliente con helado y salsa de frutos rojos. También tienen una copa baileys con merengues o frutas salteadas con caramelo (no me acuerdo el nombre).
En cuanto a precios, razonables. Nadie se queja porque es todo rico y muy buena la atención.
Sin dudas volvería a ir, me queda pendiente probar otras opciones que no sean mariscos o pescado.

Tremendos los sorrentinos fritos. Me acuerdo y se me hace agua la boca!

Degustación de pastas en un día más que frío era un plan excelente.
Arrancamos con una entrada cortesía de la casa de jamón crudo, pan casero y mayonesa de ajo. Muy bien 10, se ganaron mi corazón.
Después de eso empezaron a llegar las pastas, primero, sorrentinos de jamón y queso fritos. Por favor!!! Que exquisitez! Fueron mis favoritos de la noche. Seguimos con sorrentinos de calabaza y nuez, y en una cazuelita vino uno de salmón, la pasta era rosa, muy genial. Por último cerramos con ravioles de carne, mortales, la salsa demasiado deliciosa (si eso existe).
Dice que es una marisquería, así que quiero volver a probar algo más marítimo, pero tranquilamente con esta cena quedaron en mi mente como un muy buen lugar para comer pastas. Muy raro, pero a quién le importa eso?

Fui ayer y ya quiero volver.
La carta es super amplia, pero mayormente hay pastas y mariscos. Y hay varias tablas y platos para compartir entre dos.
La entrada que te ponen a modo de recepción ya nos ganó el corazón, mayonesa y pan casero, y jamón crudo. Que encima estaba buenísimo.
Nosotros fuimos a probar un menú degustación, que consistió de:
— Sorrentinos de Jamón y queso fritos, una delicia
— Sorrentinos de Salmón, con salsa blanca
— Sorrentinos de Calabaza, nuez y queso con salsa blanca, los mejores!
— Ravioles de carne con filetto.
Me queda pendiente volver para probar los mariscos, pero no tengo ninguna duda de que deben ser buenísimos.
La atención es muy buena, y me sorprendió gratamente la rapidés.

Amo mucho este lugar, quiero ir y darle besitos. Es amplio, las dos veces que fui nos sentamos cómodamente y pudimos hablar a los gritos sin joder a nadie. Está buenísimo para ir en grupos. Tienen un patio re lindo que no estaba armado como para sentarse porque hacía frío, pero tiene mesitas. La atención es excelente, son todos super amables y pacientes si tardás en pedir. La entradita es de una salsa, jamón crudo y pan casero y me pareció todo muy rico. Creo que se la robé a la gente que estaba comiendo bichos de mar, no sé si viene con todo, pero muy bien. Las rabas están perfectas, la porción trae muchas y la pizza es finita y rica. La atención es tan buena que si sirvieran barro me importaría poco, pero posta es todo rico y en cantidad.

Después de haber cenado en Valdés, estoy reconsiderando mudarme a la plaza de Alta Córdoba.
El ambiente del lugar es simple pero muy bien puesto. La atención, excelente — traen una entrada de jamón crudo, mayonesa casera y pan, y nos trajeron más pan sin que tengamos que pedirlo.
Nunca probé mariscos tan frescos y deliciosos en Córdoba. Fui con dos amigos varones, y los tres somos de «buen comer». Pedimos la tabla de mariscos para dos ($ 215) y unas papas fritas para completar ($ 45). Mientras que en el menú las ofrecen con huevo, las pedimos gratinadas y con muy buena onda aceptaron nuestra variación — y estaban riquísimas. No sólo nos llenamos sin pedir nada más, sino que gastamos en total, $ 120 cada uno.
No sé que tiene esa mayonesa casera que te traen al llegar, pero es un diez en textura y sabor.
Definitivamente voy a volver.

Valdés es una marisquería ubicada en el corazón de Alta Córdoba, en una casona clásica, dividida en varios ambientes, claro.
Es uno de esos lugares de los que no te querés ir más, ya sea por la calidez de la atención, como por el producto que te ofrecen: todo fresco, en su punto justo, rico y abundante.
Como si fuera poco, te reciben con una entrada que va por cuenta de la casa, que consta de jamón crudo con mayonesa de ajo casera.
Las rabas y los camarones son lo más rico que probé en este lugar, y el postre no se queda atrás: una base de salsa de chocolate, con dos bochas de helado, y ananá al vino tinto, en una temperatura templada. Excelente para cerrar la cena, la noche, la velada, la semana y el mes.
Volvería una y mil veces. Nada más que decir.

Me gustó mucho la atención, muy amables. Las rabas se destacan, estaban en su punto justo: tiernas por dentro y crocantes por fuera, un 10. La picada de mariscos es abundante, destaco los camarones y las machas a la parmesana. Un punto extra para la mayonesa casera. Se come bien y a precio razonable.

Entre a valdes x que vi tabla de mariscos para dos personas 215 en un pizarrón medio pelo y me arriesgue.
Pedimos tabla y una Heineken (helada) q vino con una entrada de jamón crudo y mayonesa casera a modo invitacion q se vuelve vicio. De entrada ya superaban nuestras expectativas. En seguida nos trajeron las rabas como 1ra parte de la tabla luego llego la tabla con cada tipo de mariscos separados y preparados de distintas maneras (salteados rebozados gratinados fritos).
Se come excelente a un precio muy razonable tirando a barato por la calidad y las porciones.
La atención es muy buena. No te hacen faltar nada, las sillas son muy cómodas (tapizadas) y las mesas grandes.
Hay aire frío calór en los salones y un patio muy agradable para estar al aire libre o para fumadores.
Los mariscos son la atracción principal.

Vales Resto Bar ubicado a una cuadra de la plaza de Alta Córdoba, sobre la calle Urquiza al 1894, y es una de las tantas alternativas gastronómicas que posee esta zona durante la noche. Su diseño y estructura, como casi todo el barrio, es de una casona antigua de la década de los 30, con techos altos, mosaicos viejos y frente a una esquina en la cual su fachada se impone.
Lo que más me gustó de este lugar es que tenía un amplio patio cervecero ideal para los fumadores, como así también de salas internas más íntimos. Al llegar uno puede disfrutar de una música ambiente de bossa nova o chill out, muy relajante.
Recomiendo los platos con bichos de mar, como la paella o rabas. Ambos platos muy sabrosos. De todas formas ofrece platos tradicionales como lomitos, pizzas, pastas, tablas de fiambres, entre otras cosas. Sus platos son abundantes y se pueden acompañar con un buen vino de bodega.

Valdés es el lugar adonde vamos (mi pareja y yo) cuando, sin ningún motivo en especial, nos dan ganas de salir a cenar.
El lugar es normal, sin decoraciones pretensiosas (pero sí unos cuadros muy muy feos) ni atención acartonada. Es cálido y cómodo.
La comida es excelente, nosotros especialmente nos antojamos siempre del matambre a la pizza que les sale delicioso, tierno, sabroso ¡y abundante! tanto así que todavía no hemos probado la tabla de mariscos, pero cada vez que vamos alguien la pide en una mesa cerca y un poco nos babeamos.
La atención es muy buena y fresca, son atentos y sirven bastante rápido. Reciben tarjetas.
Lo único negativo que se me ocurre es que solo abren a la noche.
Las rabas son muy ricas!

Terminé el Valdés un día de verano y por suerte había lugar en el patio. El patio es al fondo, tiene unas seis mesas.
No sabía nada de Valdés más que «dan una entrada muy buena», digamos que eso fue lo que los llevó a Valdés. No nos imaginamos que podía ser, más que una panera que es lo común, nos imaginábamos una panera muy completa, peeero resulta que no era sólo pan y efectivamente, la entrada era muy buena. Nos trajeron a la mesa pan casero y jamón crudo, éramos cuatro, la porción era abundante. Dijimos de no comer todo para poder comer lo que habíamos pedido, pero fue casi imposible ¿Quién se le resiste a jamón crudo con pan casero? De plato principal pedimos pizzas y estuvieron buenas, aunque ya casi nos habíamos llenado con el jamón crudo.
La atención de los mozos del lugar fue muy buena, ese día no había mucha gente. Adentro hay una barra y mesas, las vimos mientras corríamos al patio porque era una noche muy de verano.
Se puede estacionar en la calle, está en una esquina así que tenés cuatro cuadras en las que conseguir lugar por ende las posibilidades son amplias.

Si andás por la zona de Alta Córdoba y con ganas de comer unos ricos mariscos este lugar es para vos (aaaaunque también son muy famosos por sus pastas!)
Valdés esta muy cercquita de la conocida plaza de Alta Córdoba. Una zona en la que bares y restós abundan, y en tre los que, Valdes es uno de los que más se destaca. Sobretodo por su sabrosa comida, y también porque no en todos lados de comen los mariscos frescos y exquisitamente cocinados como en este lugar. Nos comentaron que uno de los chefs vivió un tiempo en Puerto Madryn y de ahi, la experiencia en preparar deliciosamente este tipo de comidas.
Fuí una sola vez, un día de semana por lo que solo una de las salas estaba abierta, pero por curiosidad recorrí el lugar para conocerlo a fondo. Tiene varios ambientes y bastante amplios ya que notablemente es una casa refaccionada, con techos altos y paredes amplias. Lo más llamativo de la decoración, que es bastante tranquila (solo unos cuadros colgados, paredes blancas y mesas de madera) fue el vitraux, cosa que me encanta, en las ventanas.
Ademas de estas grandes salas interiores, Valdés cuenta con un amplio patio cervecero que seguramente en verano se debe poner muy lindo.
Además de comer súper bien, la atención fue muy buena y con un plato de entrada de fiambres que no esperamos y que era muy abundante y riquísimo.

Todos hablan de Valdez, todos lo nombran entre dientes, pero Valdes es como medio «under» y está muy bien así.
Una vez me dijeron «andá a comer pastas a Valdes», otra vez me dijeron «¿Fuiste a comer mariscos a Valdes?», vivo a pasitos, sentía que a mi vida le faltaba algo.
Desde el momento que entre, me sentí cómodo, es un ambiente súper hogareño, una decoración sin muchas pretensiones y hasta tirando a fea, pero es una casona de Alta Córdoba clásica, puertas altas, techos altísimos, paredes gruesas. Tenía algo de familiar que estaba muy bien, inclusive una parte del servicio nos la dio el dueño.
Apenas nos sentamos, nos bajaron un jamón serrano con pan casero, que selló nuestro amor, a partir de ese momento todo fue cariño, afecto, y esa complicidad de «nos veamos más seguido» (que no pasó, pero me gustaría).
Llenador el fiambre, pero recién empezábamos, en la puerta vimos una promo que nos iluminó la mirada: «matambre tiernizado para dos con papas», el precio era súper conveniente, y sonaba casi musical en nuestros oídos.
Ese fue nuestro principal, un matambre a la pizza delicioso, suave, y acompañado de unas papas a la plancha con estragón y especies que. Fuáaaa. Ricaso.
Me quedan todavía por probar las pastas, y los mariscos, y si, vamos a volver Valdes, vamos a volver.