Venecia

Cada vez que mi suegro me dice «venite a comer unas pastas, y de paso me traes a mi nietita», no estoy seguro de si lo más relevante de la cuestión es que vea a su nieta, o el placer que le da saber que paso a comprarlas por la Fábrica de Pastas Venecia… mmm…Más allá de la broma familiar, puedo asegurarles que, si necesitan quedar bien al invitar a alguien a almorzar (preferentemente a almorzar, porque en la cena cae muy pesado el tuco como me gusta a mí!), pasen por esa fábrica de pastas que queda sobre la calle Córdoba 7913 de Rosario, en pleno barrio Fisherton. Por el tema precios, quizás pueda resultarles un poco más elevado que el promedio de pastas secas, pero es natural, puesto que las pastas frescas de Venecia son algo que se pagan lo que vale, y da gusto hacerlo por el sabor que tiene. Eso sí, una vez que visitaron el local, no van a dejar de querer recomendarlo, como me pasó a mí, que en estos momentos aún estoy chupándome los dedos de sólo rememorar los canelones que preparan. Ahí vengo, no me demoro mucho. Voy hasta Venecia. ¿Alguien quiere encargarme algo? :)

Venecia no es sólo una fábrica de pastas, es una precursora de costumbres. Es que la calidad de sus productos ha ido instaurando el habitué de sus productos en la mesa de los domingos.
Esta empresa familiar que empezó en el mítico barrio de Fisherton, allá por los 70´, es hoy un hito local. Sus pastas han trascendido las fronteras del barrio, haciendo que los supermercados de las zonas aledañas o barrios céntricos cuenten con sus productos.
La vedette de la firma con los canelones de verdura y la salsa boloñesa (se compra aparte ahí mismo). También tienen especialidades como sorrentinos, ñoquis o los spaghettis anchos también deslumbran. Es que todo es rico.
No es barato, como todo producto artesanal de elaboración propia y con materia prima de primera calidad. Pero un darse un gusto una vez por semana, no está nada mal. Aceptan tarjetas de crédito, y hacen horario cortado. Los domingos sólo por la mañana.
Un detalle que suma un montón, es que ahí tenes todo lo que necesitas para tu almuerzo italiano. Desde la pasta, el pan, la salsa y hasta el queso rallado. ¡Esta gente piensa en todo! Eso sí, andá con paciencia porque siempre está abarrotado de gente.

Las mejores pastas de Rosario son las de Venecia, sin discusión.
Esta fábrica que nos deleita con sus pastas frescas desde 1975 es un clásico de Fisherton. Lo que mejor les sale? Todo! Canelones de verdura, de pollo, ravioles de ricota y nuez, panzottis de calabaza y mozzarella.
Super livianas, caseras, exquisitas y también podés llevarte la salsa freezada. No fallan nunca.
Las personas que te atienden saben de lo que hablan así que además de contarte qué ofrecen, te asesoran cuánta cantidad comprar. También te dan algunos truquitos para hacerlas. Sinceramente, no es que van a decirte algo revolucionario pero a más de uno nos simplifica las cosas.
El local a la calle no es muy grande y los fines de semana la gente hace cola para comprar las pastas. Así que mi sugerencia es pasar otro día y guardarlas en el freezer para no tener que esperar.
Tienen delivery. Si andás por Avenida Córdoba a la altura de Donado, clavá los frenos, buscá un lugar para estacionar, y entrá al negocio que está precedido por dos leones de cemento… lo vas a ubicar seguro! Probalas.

Siempre presente en mi mesa, Venecia, fiel a sí misma, con pastas tiernas, suaves, ricas. Creo que aún viviendo en la otra punta de la ciudad vale la pena trasladarse hacia el occidente rosarino para saborear cualquiera de sus preparaciones.
Venecia no se expandió por el mundo porque las pastas así, tan ricas, no pueden hacerse a gran escala. Es una fábrica bien tradicional de Fisherton, que se distingue por los leones que custodian la puerta desde que tengo memoria. Después de que Venecia puso los leones, muchos vecinos adoptaron estas estatuas en sus jardines.
Recomiendo todo, lo que probé y lo que no probé. De los canelones, los de pollo. De los ravioles, cualquiera de ellos: verdura, pollo, jamón y queso, ricota. Es que todo tiene la consistencia justa y el sabor es delicado, con la nuez moscada exacta, la sal a punto, el pollo fresco. En conclusión: recomendadísima.