Salgo mucho a desayunar y, además, me tomo el desayuno muy en serio, entonces cuando salgo pasan dos cosas: que tengo un parámetro de comparación/standard alto y que soy exigente. Como se debe ser con la comida más importante del día. Hecha esta introducción tengo que confesar que con el Minga Café me llevé un tremenda decepción. En la semana había leído harto de este lugar, de cómo te transportaba a Chiloé, que tenía una onda acogedora y que la comida era rica. Nada de eso se cumplió, más allá que la comida estaba rica, pero correctamente rica, lo mínimo. Vamos por parte. Andaba con mi mamá y desde que llegamos encontramos que la atención era tan tímida y sin onda, que nos sentimos mal atendidas. Nosotras tuvimos que pedir las cartas y autopreguntarnos lo que queríamos, porque la mesera era un pollito que no mataba ni una mosca, menos daba para pedirle que nos guiara en la especialidad de la casa o algo por el estilo. Así que al final cada una se pidió la misma opción de desayuno del listado de tres alternativas armadas disponibles: un El Trauco, consistente en un té, café o latte, paila de huevos revueltos y pan amasado. Claro, no había pan amasado, así que nos ofrecieron pan ciabatta o pan de molde(DEMOLDE) para reemplazar. Optamos por la primera y sumamos dos jugos naturales pequeños, además de un kuchen de dulce de membrillo para compartir. Luego de recordarle a la mesera que nos trajera los jugos(otra más), llegaron nuestro té y café latte. El problema es que pasaron como 15 minutos hasta que llegó la comida, así que tuvimos que pedirnos otro té y café. El pan estaba rico y los huevos estaban buenos, pero ya a esas alturas la experiencia general le habían restado muchos puntos a Minga. Lo más rico de todo fue el kuchen de dulce de membrillo, lo único que me hizo sentir realmente en el sur y que logró transportarme un poquito a mi último viaje por la Región de Los Lagos. Mención aparte al ambiente: más allá de unos chalecos que habían colgados nada, pero es que nada en la decoración me rememoraba a Chiloé, conprendiendo que igual se nota una intención de decoración estilo el barrio Palafitos de Gamboa en Castro, que alberga a los mejores hoteles boutique de la isla. Habiéndome quedado ahí un par de veces digo que no, no se parece en nada a esto. Algunos platos tienen esa onda boutique… pero no. Si bien sí sentimos que tomamos desayuno y no quedamos con hambre, creo que no volvería nunca más a este café. Concepto cero logrado, cero onda, cero buena atención. De repente es bueno recordar que uno no sale a comer sólo por la comida.
Sofia V.
Place rating: 4 Santiago de Chile, Chile
El Minga es de esos lugares que empiezan a formar parte de tu agenda cotidiana para salir con amigos. Quizás no es el primer lugar en el que piensas o no es el local cuando estás pensando en una salida especial, pero es un pub de esos fieles«como calcetín guacho». ¿Por qué? Porque es un lugar simple, sin grandes pretensiones, pero con una terraza maravillosa para el verano, buenos precios y muchos tipos de pizzas, lo que lo hace perfecto para ir de happy hour después de la pega o para ir a conversar relajadamente con amigos. Tal como contaba, aquí el hit son las pizzas, de masa delgada, perfecta para comer muchos trozos acompañados de una cerveza o en mi caso y muy poco glamorosamente con una copa de espumante(viñateros, ¡no se caigan de espalda!).
María Paz C.
Place rating: 5 Santiago de Chile, Chile
Luego de haber almorzado en las Lanzas, buscaba un lugar para irme a trabajar toda la tarde, que tuviese buena internet y cosas ricas para comer. Y me acordé que por Irarrázabal habían unos cafés. Pero lo que más me acordaba, es que había un lugar que tenía bicicletero. Así que llegué ahí y obvio que me encantó que podía dejar mi bici sin problemas. Primero, todo era muy Chiloé. Pero la guinda de la torta fue que ELPAPELMURALDELBAÑOERADELAPINCOYA Y ELPINCOY! Te pasaste!!! Encontré que el detalle era bacán. Lo otro es que venden mate, que lo preparan ahí con hierbitas y los pastelitos son riquísimos. Además la chiquilla que atiende y la misma dueña que me fue a preguntar si todo estaba bien, un amor. Venden otros productos de Chiloé, es súper agradable para trabajar y tienen unas mesitas para que se sienten los niños.
Valentina S.
Place rating: 4 Santiago de Chile, Chile
No hay nada más rico que entrar a un café acogedor y que te invite a transportarte a otro lugar. Si hay una cosa que amo es el sur y cuando vi este café créanme que me sentí casi que con la lluvia cayendo a mis piés. Este lindo café se encuentra ambientado en la isla de Chiloé con todo lo que ello implica. Tienen artesanía local, telares, lanas, su decoración es como si estuvieras en un living o una cocina chilota entonces es inevitable no trasportarse a eso tan rico que tiene el sur. Lo mejor de todo es que todas sus preparaciones cuentan con el toque sureño. Cada día preparan ricos platos con ingredientes traídos directamente de la isla por lo que ir a almorzar puede resultar toda una experiencia. Si tienen ganas de un momento de tranquilidad disfrutando de un café o un rico almuerzo les recomiendo este lugar en un 100%