Chicken Story

Pidan el pollo deshuesado agridulce. Una excelente experiencia de sabor. Un poco picante pero tolerable. La atención siempre agradable y un buen menú para ir al almuerzo o a compartir con amigos
La limonadas son la mejor opción para acompañar las comidas picantes

Antes de conocer Chicken Story elegir pollo en un restaurant no era mi primera opción, en este lugar sin lugar a duda sirven el mejor pollo agridulce! Un toque picante que con el tiempo se vuelve casi adictivo un sabor exquisito que 100% vale la pena probar.
Su ambiente es familiar una verdadera isla del sabor entre las diversas culturas gastronómicas que encontramos en el barrio patronato

Según mi experiencia:
¿Qué puedo destacar?
— La cantidad y calidad de aceite que usan al freír el pollo. Las piezas salen sequitas, crujientes y para nada quemadas. Se nota que renuevan el aceite con frecuencia y eso es buena señal.
— El guantecito «bidedal» para que puedas comer con las manos sin ensuciarte.
— El recipiente para ir dejando los huesos.
— La atención, muy correcta.
A mejorar:
— El sabor del pollo: no se lo encontré. Aconsejo elegirlo con alguna salsa sí o sí, sino vas a quedar decepcionada como yo.
— Las papas que acompañan las piezas de pollo también las encontré desabridas.
Volvería más que nada para probar el jugo de pimientos, me intriga!

El chicken Story en un restaurant muy Original.
Partiendo por La ambientación del local y la forma de presentar sus platos, donde el fuerte es el pollo frito, presentado como trozos de pechugas o como trutos… Y para comer estos con la mano te dan unos guantes plásticos para no quedar engrasado… tienen ensaladas y sopas también, así como un plato de menú para la semana.
Prueben los jugos de pimiento, amarillo y el rojo, sobre todo si pidieron platos picantes, son muy refrescantes .
Los platos mixtos incluyen bebida.

Me gusta el pollo frito. En especial el tipo gringo, con muchas especies y bien crujiente.
Así que cuando me contaron de Chicken Story lo puse en mi lista de pendientes de inmediato.
Por fin lo pude visitar ayer y mi opinión es bastante similar a la del resto acá:
Es muy buen pollo, a precios adecuados, con el agregado de salsas distintas a las típicas gringas lo que lo hace más interesante.
Cosas que no me gustaron: encontré que el pollo estaba falto de aliño, seguramente por qué se acompaña de salsas. Un poco más de sal y pimienta habría hecho maravillas.
Lo que me encantó:
— el pollo estaba sumamente crujiente y caliente.
— los protectores para dedos para no ensuciarse tanto. Genial idea. Lo mismo el tarro para los huesos.
— Al terminar no me sentí como si hubiese salido de una piscina de aceite. Lejos lo mejor.
En resumen, me gustó pero no montones. El hecho de poder salir del local y no sentirme resbaloso de grasa es un tremendo plus, que inclina la balanza en su favor. Repetiría pero no iría hasta donde está solo para comer de nuevo.

El problema de ir con muy altas expectativas es que por más que la comida sea buena no va a ser lo que uno esperaba.
Que el pollo frito sí es rico, lo es. Es la versión de calidad de un KFC pero si no fuera por las salsas, al pollo considero que le faltó sazón (ajo, pimienta, etc). La salsa agridulce (el menú decía tener picante) que traía uno de los platos, tenía un leve dejo de kimchee. Me hubiese gustado sentirle más el gusto a picante, aunque confieso no haberme animado al pollo TNT.
¿Que si volvería? Sí, necesito probar el pollo TNT y los jugos.

La «ensalada de pollo» de la carta lo que menos tiene es pollo, pero la cama de vegetales es generosa y variopinta. Con la salsa agridulce y los cuadritos de cebolla, que vienen aparte, queda deliciosa.

A great unique find in the middle of Patronato if you want to try something new. Grab a few friends and throw down some Korean fried chicken. The chicken is fried light and crispy. Most of the menu items seem to be for groups of 4+ but you can find options for two people as well.
They spent some money on the exterior/​interior of the place, and it is a step above most restaurants in Patronato. There is tons of seating upstairs, it is set up for large groups and is impressively clean.
A nice Korean touch: they have buttons to call the server at each table so you can speed up the typical Chilean service when you want another drink or your check.

Lo bueno: el jugo de pimiento amarillo delicioso y refrescante. El pollo agridulce exquisito. Lo sirven con un mini guante plastico para el pulgar y el indice porque la salsa es super pegajosa. Se acompaña con papas chips y nabo peeeeero. Lo malo: pedi pechuga deshuesada y me trajeron tutitos con hueso porque ya no tenian pollo deshuesado. el problema es que no me avisaron antes! Ademas se les habia acabado el nabo y simplemente no me lo sirvieron sin ni una excusa o disculpa. Despues de que réclame arreglaron en lo posible la orden, eso si, y subio un supervisor a dar solucion. El plato estuvo en la mesa en tiempo record y alcanzo muy bien para 2, quedando de sobra una parte para llevar. Gasto total 18.500 pesos propina incluida. Tienen servicio de tarjeta visa y redcompra.

Me encanta este restaurante, la comida es fresca, muy bien hecha el pollo frito es jugoso las ensaladas ricas contundentes muy buen aliño, la atención impecable ;)

Disfrutar sin culpas es imposible en este restorán, ya que Chicken Story es una oda al pollo frito, pero con la diferencia que es cocinado con la historia y recetas coreanas, y la comida coreana es maravillosa, así que estamos bien!
La idea de este restaurant, es la vente de pollos enteros para compartir, y las variedades van entre el pollo frito simple, a distintos pollos bañados en salsas, como la agridulce, salsa picante o al cebollín (mi favorita).
Aunque es poco común encontrar interiores o extremidades inferiores del pollo, a diferencia del vacuno, aquí si es posible comerlos, y todos con adobado especial, para los amantes de interiores (ew, not me!).
Lo bueno, es que si alguno quiere equilibrar la balanza hacia lo más «sano», puede acompañar el pollo con ricas ensaladas, aguas de aloe, y jugos de pimientos, que es una de las grandes cartas del lugar.

Este es el palacio del pollo frito. Aprovechan todas las partes del animalito (contre y patitas incluidas) y lo acompañan con distintas salsas que le dan el toque oriental a esta experiencia. La idea es ir con más gente para poder pedir un pollo entero (un kilo, más o menos, también se puede pedir deshuesado) y acompañarlo con arroz, ensalada o un raimen, que se parece mucho a un ramen japonés pero lleva un huevo crudo encima (es por este tipo de cosas que mi affaire coreano nunca ha prendido).
El lugar está pensado para la familia y tiene un espacio súper cómodo para recluir a los niños manteniéndolos entretenidos con juegos y distracciones. En la semana sirven colaciones más económicas y para la gente que no es muy aventurera en esto de los sabores, se puede pedir el pollo con papas fritas.
La idea es rica, a estas alturas ya no tan novedosa pero aun queda una sorpresa que, para mí, fue de lo más agradable. El gran riesgo de la carta está en los jugos de pimentón, puedes elegir entre pimentón rojo, verde o amarillo. Yo probé el amarillo porque era más suave. El resultado fue un jugo dulce, con un leve toque amargo al final de paladar de una textura liviana y sensación muy fresca. Pruébenlo. Yo estoy planteándome la idea de intentarlo en casa.