Paul

Paul me decepcionó un poco la primera vez. Pedi un latte con un dulce de vainilla y me trajeron primero el late, que estaba tibio y el dulce de chocolate en vez de vainilla 15 minutos después. El lugar es agradable, mucha gente si vas fin de semana y los meseros que no dan a basto y se crean estas confusiones. Igualmente rico todo a pesar de la confusión y el destiempo. Tendré que volver para darle una segunda oportunidad.

La decoración es preciosa. Es todo lo bueno que puedo decir, ya que fuimos con una amiga, tenían la calefacción a full (lo que es rico, pero no muy consciente con el brusco cambio de temperatura afuera), y recién a unos 15 minutos de haber llegado (y con gran cantidad de garzones pasando por nuestro lado e ignorándolos), tuve que levantarme a la barra y pedir que nos atendieran. Al parecer, nos tocó un Garzón sin mucha experiencia, nos entregó nuestros lattes sin nada para endulzar (tuve que pedírselo yo). En cuanto a la comida, pedí crème brulée, un waffle con nutella y mi amiga un croissant con chocolate. Al ser pastelería francesa, quería pedir macarons pero solo les quedaban de café.
El sabor de la crème brulée era bueno, pero el budín estaba muy caliente. No fue de mis favoritos. En cuanto al waffle, estaba bien, quizás la masa era muy hojaldrada para mi gusto. Una pena. No vuelvo ni para darle segunda oportunidad.

He ido a Paul al restaurant y a la cafetería. El primero está bien, pero creo que no es un lugar al que volvería a comer teniendo otros restaurantes franceses increíbles como El Baco y Le Bistrot, esa vez comí un tartar, fresco, bien presentado, pero bien caro, comparado con lo que puede ser el mismo plato en alguno de los otros dos restaurantes que les dije.
La pastelería está bien pedí un café con leche y el mozo me corrigió por «un latte», lo acompañé con una flauta con pavo y palta, bien abundante y rica, la pastelería es mejor que el restaurante.
Lo más destacado del lugar es su onda francesa.

Muy rico y muy buena atención, ideal para pasar una tarde agradable! Puede comprar pan también.

El sandwich de salmon ahumado fresco es muy rico! Y el chocolate caliente es realmente chocolate, con muy poca leche. Bien espeso! Muy rico

Fuimos al restaurante esta vez (tal vez debería haber una ficha para el restó y otra para la panadería).
Mi opinión es que Paul sólo se dedique a hacer pan porque el restaurante deja mucho que desear.
Se hacen los pretenciosos con una ambientación bonita pero no suple una cocina mediocre.
Pedimos un poulet basquaise (pollo a la vasca para el resto de los mortales) y un boeuf bourguinon.
El pollo basquaise, que parecía pollo a la portuguesa, venía con un puré topinambur que según el mozo era de yuca (aunque el topinambo es otro tipo de tubérculo) y resultó ser un puré de papas común y encima frío.
Mi boeuf borguinon no estaba tan mal aunque no se sentía mucho el gusto al vino y estaba acompañado de una mil hojas de papas que parecía del día anterior (recalentado).
Para peor: el precio es una bofetada. Pagar casi 28 mil pesos por una comida que parecía de buffet es un rotundo «nunca más».
Hemos comido mejor comida francesa en otros lugares a precio similar.

Había leído y escuchado bastante de Paul Boulangerie y dando vueltas en parque Arauco me invitaron a merendar aquí para ver que tal. Y honestamente desde el fondo de mi corazón, este lugar tiene un marketing tremendo porque la sobrevaloración una vez que se prueba es nivel legendario. Las mesitas dentro del mall dan un aire medio francés pero el formato autoservicio y la bandejita te cortan esa sensación desde la raíz. Pedí un café, que fue absolutamente normal y corriente sin nada increíble y una tartaleta de chocolate que estaba poco crujiente. Mi amiga pidió un canelé que estaba chicloso y un café sin nada genial. La atención de los chicos que despachan fue bastante correcta y como dato extra hay wifi, lo cual se agradece bastante. Honestamente en cualquier otro sitio he visto dulces mas apetitosos. Poner los nombres en francés no los hace mejores. Es todo lo que tengo que decir al respecto

Excelente! Lejos el mejor croissant de Santiago, frescos y con verdadero sabor. Además, muy rápido, cómodo, limpio y buena atención. 100% recomendable.

Disclaimer: I love Paul. Yes it is a chain, and it means you will not get that «boutique» feeling, but it is a great chain! I think it beats Eric Kayser any day in terms of value for money, there is a large choice and the products are of very good quality. It may not be the best croissant you will have in your life, but it does perfectly when I need my French fix.
It was my second visit to the location (both to the «tea room»), and this time (Sunday night) the restaurant part seemed to be closed. Not sure if it was because of the time (Sunday evening) or because it was not doing well enough. I don’t really care as I come to Paul to eat baked good, not a restaurant meal!
The system recently changed, now you need to find a table yourself and wait for someone to take your order (before as indicated in other reviews you had to order at the counter, then go sit down and wait, and could also order from the table resulting in a mess). The result was still a little bit messy (especially hoovering over busy table waiting for them to leave) and you have to call the waiter to grab their attention, so hopefully they get that sorted out.
The good news is you can have a look at sandwiches and pastries first to decide which one looks more delicious and that once you order, it will go pretty quickly. We had sandwich Provencal (with jamon crudo) and Dieppois (with tuna) and a few pastries (lemon tart — no meringue, Gourmandise — something similar to a chocolate croissant but more moist, and apple tart). Everything was simple and very good, bread was crunchy and soft in the same time. The fact you could also have great juices, beer and espumante is also a nice touch.
The quality of Paul products is always good, with fresh and simple ingredients, and the price, for a French patisserie in Parque Arauco is more than fair. Yes, service is a bit lost but they are all very nice and keen to help (they got a champagne glass in a heartbeat and remade a coffee that had gone cold)