Sun & Grill

Como ya han dicho, simplemente es aparencia. Todo. Desde el sitio que es super bonito, hasta los platos. Pero sustancia, muy poca.
Empezare con decir que reservé para dos, para el aniversario mio y de mi pareja, y teniamos expectativas muy altas. Nos dan mesa a las 9. Bien. Llegamos a las 8 y algo para tomarnos algo en el bar y primera decepción. Está cerrado. Ni en la puerta, ni el web pone el horario de apertura. Pensamos que como la mesa es a las 9, pues a las 8.30 abrirán. Pues no, entramos y nos dicen que abren a las 9. Por segunda vez tenemos que irnos. Al salir cogi una tarjeta del local, y tampoco pone el horario. Yo ya estaba fastidiada, pero decidí no estropearme la noche.
A las 9 volvemos y nos sientan. La carta la he encontrado un poco pobre, la verdad, pero para gustos colores. Una ensalada, muy buena aunque ahogada en vinagre, una hamburguesa y un pollo a la cubana. La hamburguesa estaba muy poco hecha al centro, y al estar embrazada no pude comermela, y el pollo tambien tenia trozos crudos. Vamos que la comida, por lo que cobran, tendria que estar mucho mejor.
En conclusión, no creo que volveré, el sitio es muy bonito pero eso no puede serlo todo. Por mia gustos la carta se queda corta y mas que nada de lo que hay me gusta muy poca cosa, pero eso depende de los gustos de cada uno.

El sitio es muy bonito la verdad, muy bien decorado, pero hay cosas que no se pueden permitir si quiere ser un gran restaurante. Empezamos con las malas: reserva para 4 con 2 tronas, nos ponen una mesa muy grande, pero los puestos para comer tienen las patas en medio! Hay que comer con las piernas abiertas… Pedimos dos jarras de cerveza, se les acaba la cerveza de barril! En verano??? Como puede ser! Pedimos 3 entrantes, solo nos sacan 2, no tomaron nota de este. Pedimos una hamburguesa que en carta ponía queso de cabra, y el queso de cabra no apareció por ningún lado. Cerca de 30 minutos para traer la cuenta y después de pedirla dos veces. Madre mía que servicio eh! Cosas buenas tienen unos palitos de sobrasada que están buenísimos, nos hubiéramos comido cientos, el carpaccio de buey esta riquísimo, tiene un toque a cítrico ideal, el pastel de salmón también está muy bueno y el solomillo ibérico con alioli de sobrasada es una pasada. Muy rico, contrastando con la calidad de la carne de las hamburguesas que es malilla. Posiblemente vuelva, para ver si lo de ayer fue un expejismo.

Imagen y más imagen. Solamente eso. Un sitio muy, pero que muy bonito, pero carente de todo lo demás.
Se trata de una terraza de verano en la que toda la decoración está medida al milímetro para que te olvides del mundanal ruido. Las mesas están bajo cenadores, en un jardín muy pero que muy acogedor.
Entras y has de esperar a que te sienten… si tienes reserva, porque si no tienes… eres un desdichado y pobre desgraciado que jamás debiste osar pisar el suelo sobre el que te encuentras… o así te hacen sentir… En fin. La segunda vez que fui me dijeron que si cenaba en una hora, sí que tendrían mesa… a lo que les respondí: si nos daïs de cenar en una hora, cenaremos en ese tiempo.
Bien, íbamos con muchas expectativas, porque el sitio las provoca. Sun & Grill, así que por lo menos, una buena parrilla esperábamos. Dos hamburguesas y un solomillo a la parrilla. Las hamburguesas pobres, insulsas, no son malas, pero las he comido muchísimo mejores sin pretenderlo. No las recomiendo por el precio que cobran. La carne buena también, pero nada del otro mundo, parecía un solomillín de Mercadona, de los que puedes comprar y hacer en casa. Además, te lo sirven con una salsa (que pagas a 2’5 €) nada espectacular y sal normal en un salero (en vez de escamas). Una tabla de quesos, también de mercadona, pobre y fundida, sin nada que destaque por 11 €… que te deja con cara de vaca loca. Una ensalada de mezclum de mercadona en la que te sacan los cuartos bien sacados por la vinagreta que lo riega.
Al final de la noche, con hambre y una cuenta de 25 € por persona por haber comido una hamburguesa… pues la verdad es que te deja con cara de tonto, saliendo refunfuñando y maldiciendo la hora en la que cenaste (literalmente).
Conclusión: muy bonito todo, un servicio normalete tirando a bajo y una comida pretenciosa que todavía tiene mucho que aprender. Ahora si, lo que mejor tienen son los precios, que los tienen subidos en pedestales, ahí arriba, donde da vértigo mirarlos por lo que has comido. Sintiéndolo mucho, a mi no me volverán a ver por allí a no ser que oiga, o lea, alguna opinión que me convenza.